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martes, 8 de junio de 2010
martes, 27 de octubre de 2009
El Theremin en la epoca de oro de la Ciencia Ficcion
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Anticipándose algunas semanas al estreno de Con destino a la Luna, "Rocketship X-M" inicia la edad de oro de la ciencia-ficción en el cine. Y mientras que los creadores de Con destino a la Luna se conformaron con simplemente contar la historia de un vuelo pionero al espacio, Karl Neumann (Kronos, She Devil, The Fly) y su equipo fueron más ambiciosos e incluyeron el contacto con extraterrestres, un mensaje antimilitar e incluso, la mano de Dios en el guión; así como un final muy poco común para una película de ciencia-ficción de los años 50.
En la banda sonora, del conocido compositor clásico Ferde Grofé (EEUU, 1892-1972), tenemos un solo de theremin que sirve para ambientar los paisajes Marcianos. Seguramente sea una improvisación creada por Samuel Hoffman. Esta película sirvió para presentar el theremin a los seres de otros mundos.
Hay muchas premisas de The Thing From Another World que son piedras basales y que terminarán por transformarse en rutinas del género. El proceso de investigación y descubrimiento del objeto; el héroe militar con interés amoroso; la lucha intestina entre científicos y militares sobre qué hacer con la creatura. Desde ese punto de vista es un film militarista - el género alternaría esas roles con frecuencia, en donde militares o científicos predominan con su punto de vista mientras que el rol antagónico es visto como demente -. Pero al menos el Dr. Carrington no está expuesto como una caricatura (si bien es por momentos demasiado amanerado), sino que posee amplios razonamientos que permiten justificar sus acciones - preservar al alien a riesgo de la vida de los integrantes de la base.
Realmente, esta fue la primera banda sonora de theremin con el típico sonido "ululante" y melodía disonante y fantasmal que siempre hemos relacionado con alienígenas y demás monstruos.
Curiosamente, en estas dos películas los malos no eran los extraterrestres sino los humanos. Este dato trastoca el concepto de las "invasiones" alienígenas con fondo de theremin.
Aunque otros instrumentos han entrado en competencia directa con él, el theremin sigue empleándose en la música de cine. Hemos podido escucharlo, además de en "Ed Wood" (Tim Burton, 1994), en "eXistenZ" (David Cronenberg,1999), también gracias a Howard Shore, o en "Mars Attacks!" (Tim Burton, 1996), de Danny Elfman (de nuevo un guiño a las películas clásicas de ciencia ficción).
Fuentes:
http://www.thereminhispano.com/
http://www.portal-cifi.com/
http://www.sssm.com.ar/arlequin/
http://fullxmovies.blogspot.com/
http://www.pasadizo.com/
http://www.bsospirit.com/
http://escuchaescucha.blogspot.com/
viernes, 23 de octubre de 2009
“Spellbound”: Alfred Hitchcock, Salvador Dalí, Miklos Rozsa, Samuel J. Hoffman, y el Theremin.
Tras haber terminado las filmaciones de “Lifeboat” (1943), Alfred Hitchcock volcó su atención a su próximo proyecto. Consciente del deseo de David O. Selznick de realizar un film que hablara de las posibilidades curativas de la psicoterapia, Hitchcock había estado buscando una novela que sirviera para cumplir este objetivo, y cuyos derechos pudiera adquirir sin complicaciones. La idea del director era evitar los tópicos que pudieran resultar controversiales, y por una vez ganarle a Selznick en su propio juego, adquiriendo la opción cinematográfica de una novela adaptable, para luego revenderle los derechos al productor. La novela escogida por el director sería, “The House of Dr. Edwardes”, la cual había sido escrita por John Leslie Palmer y Hilary Aidan St. George Saunders, bajo el seudónimo de Francis Beeding, y cuyo contenido era un sorprendente relato de brujería, cultos satánicos, psicopatología, asesinato y confusión de identidades, ambientado en un asilo suizo.
Selznick se mostró bastante receptivo a la idea de Hitchcock, principalmente por el hecho de que en aquel entonces se encontraba consultando a un psicoterapeuta. Aunque el productor no se comprometió del todo con el proyecto, si se mostró sumamente interesado en que la historia se enfocara en el psicoanálisis. Finalmente, Selznick decidió comprarle los derechos a Hitchcock, quién dicho sea de paso, se encontraba en Londres, y le encargó la producción de la cinta al guionista Ben Hecht. Poco tiempo después, Hitchcock y Hecht comenzarían a trabajar en la confección del guión, para lo cual visitaron el Asilo de Hartford en Connecticut, la cual sería su primera parada en su recorrido por diversos hospitales mentales, antes de parar en los pabellones psiquiátricos del Hospital Bellevue ubicado en Nueva York. La colaboración entre el director y el guionista resultó ser bastante fructífera, especialmente por el hecho de la fascinación que ambos hombres poseían por los rincones más oscuros de la mente humana. Mientras que Hecht se preocupaba de ir hilvanando una trama coherente, Hitchcock aportaba con los giros argumentales que se apoyaban en aquellos hechos cotidianos que podían convertirse en pequeños traumas.
El guión terminado, contenía una buena parte de las pesadillas y traumas del director. Existe un sensación de latente culpabilidad que cruza toda la cinta, junto con una sensación de legado de las neurosis familiares, lo que no es más que una huella de ciertos recuerdos infantiles que de adulto permanencen escondidos bajo una avalancha de temerosa represión.
Las dos historias de culpabilidad que aparecen en el film, exhiben en cierta medida los propios sentimientos del director: primero está el hombre que cree que fue el responsable de la muerte de su padre; el personaje interpretado por Gregory Peck por su parte, también esconde un sentimiento de culpabilidad que será revelado en el último tramo de la historia. Es la explicación que da el personaje de Bergman, “La gente se cree a menudo culpable de algo que nunca hizo".
Pese a todo esto, la escena clave en lo que al psicoanálisis se refiere, sería la famosa secuencia del sueño del personaje de Peck. Hitchcock y Hecht se las arreglaron para convencer a Selznick que contratara a Salvador Dalí para que realizara una serie de pinturas cuyas imágenes serían utilizadas para retratar el aproblemado inconsciente del protagonista.Aunque Selznick pensó que Hitchcock le pedía esto para obtener algo de publicidad extra, la verdad es que el director quería presentar secuencias oníricas que resultaran vívidas, lo que iba a resultar más fácil gracias a la gran ejecución gráfica del pintor. Pero las extrañas ideas surrealistas de Dalí, algunas de las cuales derivaban de “Un chien andalou” (1929) y “La Edad de Oro” (1930), los films que había diseñado en Paris con Luis Buñuel, llegaron a extremos desmesurados, e incluso Hitchcock tuvo que reconocer que Selznick tenía razón: la secuencia del sueño tal y como fue diseñada y filmada en un principio resultaba demasiado larga e incomprensible (la secuencia originalmente duraba 20 minutos y quedó reducida a no más de dos minutos). Dicha secuencia fue dirigida por William Cameron Menzies, ya que Hitchcock se encontraba en Londres en ese momento, pero su nombre no aparece en los créditos.
El film de Hitchcock también fue pionero en el uso que hizo el músico Miklos Rozsa del particular sonido del Theremin, abuelito de los instrumentos electrónicos, el cual luego sería ligado a todo tipo de desórdenes psicológicos y mucho más tarde, pasaría a formar parte de las clásicas bandas sonoras de las cintas de ciencia ficción.. Su particular ulular se transformó en el perfecto equivalente sonoro de la sensación de extrañamiento e inestabilidad psíquica.
Para interpretar el theremin en este proyecto se intentó contratar a la famosa thereminista Clara Rockmore. Ella se negó, seguramente por ignorancia o prejuicios contra el cine de Hollywood (o tal vez porque no tenía ninguna necesidad económica), ya que no se entiende como despreció tocar para el maestro de maestros, el compositor Miklos Rosza (1907-1995), en una magnífica partitura que luego fue ganadora del Oscar a la mejor banda sonora y que aun hoy se interpreta en directo como obra independiente de la película.
Después de buscar otros thereministas, la productora se decantó por el Dr. Samuel J. Hoffman (1904-1968). Por suerte, él se adaptaba a cualquier tipo de proyecto y esto le dio una fructífera carrera como thereminista. Tocó en casi todas las producciones donde sonaba un theremin en esa época, a destacar películas como The lost weekend(Billy Wilder 1945), The Spiral Staircase (Robert Siodmak 1946) o The Red House (Delmer Daves 1947). Dos de ellas con música nuevamente de Miklos Rosza.
La película obtuvo seis nominaciones al Oscar, entre las que se encuentran la de mejor actor secundario (Michael Chejov), mejor fotografía (George Barnes), y mejor director, de las cuales ganó uno a la mejor banda sonora, obra de Miklós Rózsa.
Fuentes:
http://www.fantomas-cinemascope.blogspot.com/
http://www.malba.org.ar
http://www.thereminhispano.com/
lunes, 19 de octubre de 2009
Un Maestro con todas las letras: Theremin
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Léon Theremin nació en San Petersburgo. Su invención en 1919 del theremín (también llamado el thereminvox) llegó en un momento en el que su país estaba en medio de la guerra civil rusa.
Desde joven estudió con gran pasión el mundo de la música y de la electricidad. Su experiencia con el violoncelo le hizo querer inventar un instrumento de similar registro pero eliminando ciertas barreras físicas como la necesidad de frotar un arco contra las cuerdas y de desplazar los dedos por el mástil. De sus intentos salió un instrumento extraño y completamente diferente a cuantos existían, el eterófono o theremin (también conocido como thereminvox).
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En 1920 lo presentó a sus colegas de la Facultad de Mecánica y luego en diversos lugares de la Unión Soviética, llegando incluso a entrevistarse con Lenin. En junio de 1921 presentó la solicitud de patente que se le concedió tres años después. La repercusión que tuvo en Rusia fue importante. El gobierno le requirió para seguir investigando en el campo de la electromagnética y de la electricidad como energía renovable, en una época en la que se quería modernizar y electrificar al amplio territorio soviético."En mayo del ´22 tuve la dicha de conocer personalmente a Vladimir Illyitch Lenin, quien me invitó al Kremlin para que le hiciese una demostración del instrumento en su oficina. Me felicitó por mis investigaciones y se puso a tocar él mismo, que de por sí tenía un gran oído musical". El líder revolucionario dijo a Termen que creía que su trabajo era un avance en el campo de las nuevas energías renovables (la electricidad entre ellas) y en los proyectos de investigación que tendrían lugar en el plan de electrificación de la URSS completa. "Me dio luego un salvoconducto que me permitía viajar por toda la nación para dar mis conciertos, y me dijo que fuera a verlo si lo necesitaba para algo", recuerda Termen.
Termen viajó por toda la Unión Soviética dando conciertos con el termevox, y luego fue comisionado por el gobierno para mostrarlo en los países occidentales: Termen afrancesó su nombre ("Léon Thérémin" en lugar de Lev Termen) y pronto llegó a los EEUU.
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Tras la muerte de su protector, Lenin, León Termen huyó de la URSS para refugiarse en Estados Unidos. Allí patentó su invento, que comenzó a venderse por todo el mundo de la mano de la compañía RCA. Con el dinero que logró, Termen construyó un laboratorio en Nueva York, donde continuó sus investigaciones. Desarrolló varios dispositivos musicales más e incluso una televisión en color que no le dio tiempo a patentar.
Perfeccionó posteriormente el invento e incluso creó diversas variantes explorando múltiples posibilidades de la electromagnética e incluso de la luminiscencia. Patentó su invento en 1929 (US1661058) y posteriormente concedió los derechos de producción comercial a la RCA.
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Léon Theremin montó un laboratorio en Nueva York durante los años 30 donde desarrolló el theremín y experimentó con otros instrumentos musicales electrónicos y otros inventos, incluyendo el Rhythmicon, encargado por el compositor americano e ideólogo Henry Cowell. En 1930 diez thereministas actuaron en el escenario del Carnegie Hall y, dos años más tarde, Léon dirigió la primera y única orquesta electrónica, con el theremín y otros instrumentos electrónicos, incluyendo un theremín "Fingerboard" parecido a un cello al uso.
Conoció a Clara Rockmore, para quien construyó un theremin en 1934. Esta joven intérprete de origen lituano se convirtió en la máxima representación de la técnica e interpretación del curioso instrumento. Tuvo encuentros con otros personajes como Albert Einstein, el cineasta Sergei Eisenstein o el ingeniero Robert Moog.
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En 1938 fue raptado por el servicio secreto soviético, que le llevó de vuelta a la URSS. Fue acusado de traición y condenado a muerte. En el último momento, la pena se conmutó por cadena perpetua en Magadan, uno de los más terroríficos campos de concentración de Siberia.
Termen no se rindió. En prisión, continuó sus investigaciones hasta desarrollar el primer micrófono espía del mundo: un diminuto y sofisticado dispositivo capaz de transmitir las conversaciones de una habitación por medio de radio. Su invento se estrenó en la embajada de los Estados Unidos en Moscú y en el apartamento privado de Stalin. Con ese micrófono, Termen consiguió el perdón. Fue puesto en libertad y condecorado con el premio Stalin, el mayor honor al que podía aspirar un científico soviético en aquellos años.
Lamentablemente, León Termen no volvió a ser el mismo tras sufrir el terror de Siberia. Abandonó sus investigaciones en el campo de la música electrónica e incluso llegó a negarse a sí mismo al declarar que la electricidad tenía que reservarse "para ejecutar a traidores en la silla y no para la música".
Mientras tanto, la popularidad de su invento siguió aumentando en Occidente. El inquietante sonido del theremin se popularizó con las películas de serie B de los años 50. Después los Beach Boys lo adoptarían para el pop y, en la década pasada, este sintetizador vivió una segunda juventud gracias al post-rock y la música electrónica. Antes de morir en 1993, León Termen viajó por última vez a Estados Unidos tras el fin de la Guerra Fría. Allí, asombrado, recibió varios homenajes.
Termen desconocía la gran influencia que había tenido su mágico sintetizador al otro lado del telón de acero. También se enteró entonces de que lo que él había bautizado como "Aetherophone", era más conocido en todo el mundo, en honor a su nombre, como theremin.
Murió en 1993, dejando al mundo su inmortal instrumento. El periodista ruso Yuri Linnik compuso un palíndromo en su honor: Termen ne mret, que significa Termen no morirá.