Partch nació en Oakland (California), en 1901. Pasó su infancia en poblaciones pequeñas y remotas de Arizona y Nuevo México y creció escuchando canciones en chino mandarín, español y en las lenguas indias de esas regiones. Aprendió a tocar el clarinete, el armonio, la viola, el piano y la guitarra. Comenzó a componer a edad muy temprana utilizando la escala cromática habitual en la música occidental, aunque posteriormente quemó todas sus obras de esta época al sentirse muy insatisfecho con los sonidos que obtenía con ella, que no se adecuaban a sus necesidades expresivas ni a sus ideas musicales. Partch llegó a la conclusión de que necesitaba nuevos instrumentos (que inventó y construyó él mismo) e intérpretes adecuados para ellos. Su primer instrumento fue el monófono (más tarde conocido como «viola adaptada»). Viajó a Europa con una beca para estudiar música y conocer al poeta William Yeats, al que pidió permiso para escribir una ópera basada en su traducción al inglés del Edipo Rey de Sófocles. Partch tocaba el monófono mientras Yeats recitaba By the Rivers of Babylon («Por los ríos de Babilonia»); después, transcribió con exactitud las inflexiones de los actores del Abbey Theatre mientras recitaban Edipo. Yeats le dio su permiso para la adaptación entusiasmado: Una obra escrita de esta manera, con este instrumento maravilloso y con esta clase de música, será realmente sensacional. Partch comenzó a construir instrumentos para su ópera, pero se agotó el dinero de su beca y debió regresar a Estados Unidos en plena crisis de la Gran Depresión económica. Su situación fue tan precaria que llegó a vivir como un vagabundo en los trenes (forma de vida que en inglés se conoce como freighthopping). También trabajó en cualquier empleo que le ofrecieran. Vivió de esta manera durante diez años, escribiendo sus experiencias en un diario íntimo que tituló Bitter Music («Música amarga»). Frecuentemente llevaba al pentagrama las alturas e inflexiones particulares del habla de las personas que iba encontrándose. Esta técnica compositiva (que ya había sido utilizada siglos antes por la Camerata Florentina y por autores como Berlioz, Mussorgsky, Debussy, Schoenberg o Leoš Janáček y que posteriormente a Partch empleará también Steve Reich) se convertirá en la forma más habitual de composición de Harry Partch de las partes vocales de sus obras.
En 1941, compuso Barstow, una obra que tomaba como texto distintos grafittis que había visto pintados en los guardrail de una autopista en Barstow (California). De esta obra, originalmente concebida para voz y guitarra, Partch hizo distintas versiones a lo largo de su vida, según crecía su colección de instrumentos.En 1943, tras recibir una beca de la Guggenheim Foundation, pudo dedicar más tiempo a la composición y recuperó su proyecto de ópera sobre Edipo. Sin embargo, los herederos de Yeats le negaron el permiso para utilizar la traducción del poeta (fallecido en 1939) y tuvo que traducirlo él mismo (actualmente se puede interpretar la música de Partch con el texto de Yeats, cuyos derechos han prescrito y ha pasado a ser de dominio público).Pasó una temporada en Ithaca (Nueva York), donde comenzó su obra US Highball, una evocación musical de sus tiempos de vida en los ferrocarriles durante el tiempo de la Gran Depresión." st="on">la Gran Depresión.Desde 1923, había estado trabajando en un libro que finalmente se publicó en 1949 con el título de Genesis of a Music («Génesis de una música»). Es una reflexión sobre su propia música, con artículos sobre teoría musical y diseño de instrumentos. Se considera este libro como un texto fundamental sobre la teoría musical de microtonalismo. En él expone su concepto de corporeality («corporeidad»): la fusión de todas las formas artísticas en un único cuerpo.Mas cerca en el tiempo escribió la «danza satírica» The Bewitched, y Revelation in the Courthouse Park («Revelación en el jardín de la Audiencia»), obra basada en gran parte en Las Bacantes de Eurípides.
Delusion of the Fury («La ilusión de la Furia») (1969) está considerada su obra más importante.Asimismo creó su propia discográfica, Gate 5, con la que distribuyó la grabación de sus obras. Al final de su vida, Columbia Records realizó la grabación de alguna de sus composiciones (entre otras, de Delusion of the Fury), lo que sirvió para aumentar la atención hacia su obra. Sin ser un compositor que haya alcanzado gran popularidad, su nombre es muy conocido entre los músicos contemporáneos (especialmente entre los interesados en el microtonalismo), es famoso por su escala de cuarenta y tres tonos (aunque él utilizó en sus obras otras muchas escalas) y está considerado como uno de los autores más significativos del siglo XX.
"Yo no soy un constructor de instrumentos" Partch dijo una vez, "solo un hombre filosófico seducido por la carpintería". Resulta irónico que muchas de sus maravillosas creaciones, (cerca de 30 instrumentos que incluyen el Zymo-Xyl construida de tapacubos, o tazas de la rueda de un automóvil, el Kettletop, bloques de roble y viejas botellas; la Mazda Marimba, que eran bombillas de luz afinadas a las que les fue quitada la base y luego "destripadas"; Gourd Tree y Cone Gong, hecho de campanas de templo y eucaliptos), y que están expuestos en el museo de arte de San Francisco y en el de arte moderno de New York, le han servido como un impedimento para su popularidad. Estas son en su gran mayoría, instrumentos únicos en su clase, obras de arte, realmente capaces de increíbles sonidos. Pero la real singularidad de estos instrumentos era que solo podían ser ejecutados por el compositor y su ensamble de especialmente entrenados músicos.
"El trabajo que yo he estado haciendo durante todos estos años, se emparienta en actitud y en las acciones al hombre primitivo. Él encontró magia en los materiales comunes que lo rodeaban en su hábitat, luego procedió a construir el vehículo, el instrumento, tan visualmente hermoso como pudo, finalmente incluyó la magia del sonido y la belleza visual en su voz y experiencias cotidianas, su ritual y su drama, para darle un mayor significado a su vida. Esta es mi trinidad: sonidos-mágicos, belleza visual, experiencia-ritual".
Y si quieren ver y tocar los instrumntos vayan aquí
Sergei Eisenstein, Vsevolod Pudovkin, Grigori Alexandrov
Manifiesto del contrapunto sonoro
El sueño largo tiempo acariciado del cine sonoro es una realidad. Los norteamericanos han inventado la técnica del film hablado y lo han llevado a su primer grado de utilización práctica. Alemania, asimismo, trabaja muy seriamente en idéntico sentido. En todas partes del mundo se habla de esta cosa muda que finalmente ha encontrado su voz. Nosotros, que trabajamos en la Unión Soviética, somos plenamente conscientes de que nuestros recursos técnicos carecen de la envergadura suficiente para permitirnos esperar un éxito práctico y rápido en este camino. Pero ello no impide que consideremos interesante enumerar un cierto número de consideraciones preliminares de naturaleza teórica, teniendo en cuenta, además, que si no estamos mal informados parece que este nuevo progreso tiende a orientarse por un mal camino. Porque una concepción falsa de las posibilidades de este descubrimiento técnico no sólo puede estorbar el desarrollo del cine-arte, sino que también puede aniquilar su auténtica riqueza de expresión actual. El cine contemporáneo, al actuar como lo hace por medio de imágenes visuales, produce una fuerte impresión en el espectador y ha sabido conquistar un lugar de primer orden entre las artes. Como sabemos, el medio fundamental -y por añadidura, único- mediante el cual el cine ha sido capaz de alcanzar tan alto grado de eficacia es el montaje. El perfeccionamiento del montaje, en tanto que medio esencial de producir un efecto, es el axioma indiscutible sobre el que se ha basado el desarrollo del cine. El éxito universal de los filmes soviéticos se debe en gran parte a un cierto número de principios del montaje, que fueron los primeros en descubrir y desarrollar.
1.- Así pues, los únicos factores importantes para el desarrollo futuro del cine son aquellos que se calculen con el fin de reforzar y desarrollar sus invenciones de montaje para producir un efecto sobre el espectador. Al examinar cada descubrimiento, situándose en esta perspectiva, es fácil demostrar el escaso interés que ofrece el cine en color y en relieve en comparación con la gran significación del sonido.
2.- El film sonoro es un arma de dos filos, y es muy probable que sea utilizado de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo, es decir, limitándose a satisfacer la curiosidad del público. En los primeros tiempos asistiremos a la explotación comercial de la mercancía más fácil de fabricar y de vender: el film hablado, en el cual la grabación de la palabra coincidirá de la manera más exacta y más realista con el movimiento de los labios en la pantalla, y donde el público apreciará la ilusión de oír realmente a un actor, una bocina de coche, un instrumento musical, etc. Este primer periodo sensacional no perjudicará el desarrollo del nuevo arte, pero llegará un segundo periodo que resultará terrible. Aparecerá con la decadencia de la primera realización de las posibilidades prácticas, en el momento en que se intente sustituirlas con dramas de "gran literatura" y otros intentos de invasión del teatro en la pantalla. Utilizado de esta manera, el sonido destruirá el arte del montaje, pues toda incorporación de sonido a estas fracciones de montaje las intensificará en igual medida y enriquecerá su significación intrínseca, y eso redundará inevitablemente en detrimento del montaje, que no produce su efecto fragmento a fragmento sino -por encima de todo- mediante la reunión completa de ellos.
3.- Sólo la utilización del sonido a modo de contrapunto respecto a un fragmento de montaje visual ofrece nuevas posibilidades de desarrollar y perfeccionar el montaje. Las primeras experiencias con el sonido deben ir dirigidas hacia su no coincidencia con las imágenes visuales. Sólo este método de ataque producirá la sensación buscada que, con el tiempo, llevará a la creación de un nuevo contrapunto orquestal de imágenes-visiones e imágenes-sonidos.
4.- El nuevo descubrimiento técnico no es un factor casual en la historia del film, sino una desembocadura natural para la vanguardia de la cultura cinematográfica, y gracias a la cual es posible escapar de gran número de callejones que realmente carecen de salida; el primero es el subtítulo, pese a los innumerables intentos realizados para incorporarlo al movimiento o a las imágenes del film; el segundo es el fárrago explicativo que sobrecarga la composición de las escenas y retrasa el ritmo. Día a día, los problemas relativos al tema y al argumento se van complicando. Los intentos realizados para resolverlos mediante unos subterfugios escénicos de tipo visual no tienen otro resultado que dejar los problemas sin resolver, o llevar al realizador a unos efectos escénicos excesivamente fantásticos. El sonido, tratado como elemento nuevo del montaje (y como elemento independiente de la imagen visual) introducirá inevitablemente un medio nuevo y extremadamente eficaz de expresar y resolver los complejos problemas con que nos hemos tropezado hasta ahora, y que nunca hemos llegado a resolver por la imposibilidad en que nos hallábamos de encontrar una solución con la ayuda únicamente de los elementos visuales.
5.- El «método del contrapunto» aplicado a la construcción del film sonoro y hablado, no solamente no alterará el carácter internacional del cine, sino que realzará su significado y su fuerza cultural hasta un punto desconocido por el momento. Al aplicar este método de construcción, el film no permanecerá confinado en los límites de un mercado nacional, como sucede en el caso de los dramas teatrales y como sucedería con los dramas teatrales filmados. Al contrario, existirá una posibilidad todavía mayor que en el pasado de hacer circular por el mundo unas ideas susceptibles de ser expresadas mediante el cine.