"... Philippe es un joven que decide exponerse periódicamente a un fármaco a cambio de dinero. Una voz reproducida por megafonía en un almacén abandonado es su único contacto con los suministradores de la misteriosa sustancia..."
...Como Siempre...: El libro no tiene nada que ver con la pelicula!
... "En Washington se materializa una misteriosa nave espacial que tiene intrigada a toda la humanidad. Tras dos días sin ningún tipo de actividad en la misma, se abre una compuerta y de su interior surgen dos figuras: un hombre, de aspecto divino, que se presenta como Klaatu; y un gigantesco robot... Sin que pueda decir nada más, Klaatu cae desplomado por un disparo efectuado por un perturbado mientras el robot permanece desde ese momento sin ningún tipo de actividad..." "En efecto, el pacífico embajador extraterrestre Klaatu que viene a advertir a los terrestres de la peligrosa actitud respecto a la violencia que mantienen es recibido a tiros, detenido, acosado. Como Klaatu va acompañado de un robot indestructible, Gort, que reacciona a la violencia con violencia, la estúpida y arrogante forma en la que las autoridades tratan al extraterrestre no hace sino poner en mayor peligro a la Tierra..."
EL AMO HA MUERTO Harry Bates (1940)
"Si ustedes han visto el film "Ultimátum a la Tierra", y saben ya que este relato es el que sirvió de base para la película, les rogamos que se descondicionen antes de iniciar la lectura. Olviden completamente el film, y no traten de buscar similitudes: no las hay, ni siquiera en el título original. Si lo he incluido aquí ha sido precisamente porque es una buena muestra de lo que puede conseguirse con la manipulación de un tema cuando alguien tiene ideas propias que expresar al respecto. Y, si ustedes son de aquellos que consideran "Ultimátum a la Tierra" como el mejor film de SF realizado hasta la fecha (antes de "2001", por supuesto), no se sientan defraudados. El relato de Harry Bates, prescindiendo de su posterior versión fílmica (aunque versión sea decir demasiado), no deja de tener sus cualidades."
El robot ya sabe que los hombres son robots, cuando descubre que es conciente de su existencia.
Sueños de Robot, (Robot Dreams en Inglés), es un Cuento o Relato Corto de Isaac Asimov, especialmente escrito por primera vez para la colección de historias de nombre homónimo (Sueños de Robot) de 1986.
... "Este relato es una muestra clara de la posible humanización de un robot. Cuando uno de éstos es modificado y comienza a soñar, (La Dra. Susan) Calvin (de U.S. Robotics) tendrá que tomar una simple pero comprometedora decisión con respecto a este nuevo modelo. Quizás es el mejor relato de la recopilación y a la vez, una profunda historia que puede poner los pelos de punta a cualquiera sobre los alcances de la tecnología humana..."
"... Mientras los robots evolucionan hacia un modelo androide de inteligencia y lucidez moral superiores a las de los hombres, éstos, movidos por sus impulsos egoístas, incuban una profunda hostilidad hacia ellos..."
Isaac Asimov.
Chile, 2006, Ciencia Ficción. 15 min. – Mini DV. Color.
ELVEX, un robot androide, dice haber soñado. Sus creadores comienzan a interrogarlo para poder confirmar si esos sueños son reales y de que son. Basado en un cuento de Isaac Asimov. Dirección: Carlos Ramos & Christian Toro.
El punto de divergencia entre el mundo de "El hombre en el castillo" y la historia real es el asesinato del presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt en 1933. Esto evita que el país se recobre de la Gran Depresión, instaurando una política aislacionista durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1947, los Aliados han sido derrotados por el Eje. Los Estados Unidos, invadidos y, consecuentemente divididos entre japoneses y alemanes, del mismo modo que Alemania tras su derrota en el "mundo real". Un autor que se acerca a un escenario como el propuesto se enfrenta al problema de describir cómo sería el mundo si los nazis hubieran ganado la guerra, Dick opta por trazar a grandes rasgos la brutalidad nazi llevada al mundo entero, e incluso al espacio exterior, y elige centrarse preferentemente en la cotidianidad de los americanos derrotados dentro de una cultura japonesa victoriosa. La acción se desarrolla en 1962 en la costa Este de los que otrora fueran los Estados Unidos, ahora PSA, Pacific States of America, zona de influencia japonesa. Los nativos son ciudadanos de segunda clase a pesar de que su cultura es admirada por los vencedores, a tal punto que uno de los mejores negocios es la venta de auténticas antigüedades americanas, como relojes de Mickey Mouse. Este mundo nos es descrito a través de las vidas de Robert Childan, Frank Frink, su ex-esposa Juliana, y Nobusuke Tagomi, saltando la narración constantemente de un personaje a otro. La trama gira alrededor de tres ejes que se tocan por momentos: el comercio en torno a las antigüedades americanas y la valoración que los japoneses hacen de ella; la misión de Sr. Baynes, llegado de Europa, para entrevistarse, con fines aparentemente comerciales, con el Sr. Shinjiro Yatabe; y un extraño libro, censurado por los nazis, que describe a los Aliados victoriosos, escrita por un tal Hawthorne Abendsen, el Hombre en el Castillo al que alude el título de la novela.
Dick afimó que escribió El hombre en el castillo usando el antiguo texto chino I Ching (también llamado El libro de las mutaciones) para decidir qué rumbo tomaba el argumento. Incluso culpó al libro de ciertos detalles del argumento que personalmente no le convencían.
El I Ching aparece numerosas veces a lo largo de El hombre en el castillo; aparentemente, consultarlo de manera oracular es una moda traída por los japoneses a los Estados del Pacífico. En la ficción, Hawthorne Abdensen, como el mismo Dick en la realidad, afirma haber escrito "La langosta" bajo la influencia del texto. Cuando Juliana se reúne con Abdensen, le manifiesta lo que él ya sabe o intuye: según el I Ching, Japón y Alemania han perdido la guerra.
Subyace al texto la extraña hipótesis de Dick de que existen varios mundos laterales a un eje central, mundos que a veces se entrecruzan; sostenía el autor que él había tenido contacto con algunos de tales mundos. Así, en un pasaje del libro, el señor Tagomi, espiritualmente abrumado por haber matado a dos militares alemanes, tiene una incursión fugaz de un San Francisco distinto, en el cual los policías son blancos y llevan uniformes azules, en el que la consulta tradicional del I Ching que él hace en un lugar público es confundida con un curioso rompecabezas, en el que la arquitectura de la ciudad ha tomado un sesgo muy distinto al impuesto bajo la influencia de las fuerzas japonesas de ocupación, en el que no existen los pedetaxis en las calles, en el que los parroquianos blancos de un bar no tienen ninguna consideración especial por un japonés que no consigue lugar en la barra. Un inquietante mundo, en definitiva, en el que Japón no ha resultado victorioso, sino que ha sido derrotado en la guerra. Años más tarde, el mismo autor renegaría de este final.
Andrzej Wajda (Polonia 1926) se unió a la resistencia contra el nazismo a los 16 años, tras lo que estudió pintura en Cracovia y cine en la Escuela de Cine y Teatro de Lodz. Sus primeras películas forman una trilogía en la que se muestran las tensiones y esperanzas de una nueva Polonia que emerge de las ruinas de la II Guerra Mundial para posteriormente seguir tratando la creciente agitación política de su país y el nacimiento del sindicato Solidarnosc de Lech Walesa. Las películas de Wajda ofrecen una elocuente narración de la historia polaca de posguerra, abordando los problemas morales que desencadena el conflicto entre la elección individual y la acción política.
Una mujer camina sola en una ciudad abandonada. Trata de pasar a la zona prohibida. Por todas partes merodea la patrulla de la mañana.
Voces cibernéticas incitan a esos habitantes que no existen a abandonar la ciudad. Funcionan los medios de comunicación, los cines exhiben películas, aparecen actores en las pantallas de TV.
La mujer encuentra a uno de los pocos supervivientes que guardan la ciudad. Ambos se aproximan el uno al otro por su mutua necesidad de revivir el pasado y deciden penetrar en la zona prohibida. Están unidos por lazos de violencia y muerte, puesto que ninguna otra conducta es posible en esta clase de mundo.
Una historia de amor en un entorno invivible.
"Esta es una película que todavía me asusta y evito mirarla. Creo que justamente es un film adelantado a su tiempo justo como " Euridice B.A. 2037 " lo fue." (Nikos Nikolaidis)
Thessaloniki Film Festival 1987
* Best Director Award * Best Cinematography Award by the Ministry of Culture * Best Art Direction
Nikos Nikolaidis (en griego: Νίκος Νικολαΐδης) (1939 – 5 de septiembre de 2007) fue un director de cine y escritor griego.
Nacio en 1939 en Atenas, donde vivió y trabajó toda su vida. Fue también director de escena y productor cinematográfico de las películas que dirigió. Durante algún tiempo también se dedicó a los anuncios televisivos. De su carrera como director, destacan Proini Peripolos, Glykia Symmoria y Ta Kourelia Tragoudane Akoma. También escribió O Orgismenos Valkanios.
En las sombras profundas del cuarto alguien da dos pasos. O no los da y es simplemente el movimiento de la luz que entra por la ventana la que alcanza su rostro. De pronto, algo se nos revela: hay algo en la forma en que la luz acaricia ese cuerpo, en ese encuentro único de la luz y un gesto, en esa unidad ferozmente real, que nos conmueve. Ahora, la luz se mueve nuevamente y las sombras avanzan. Pero ya ese hueco espeso al que ha huido el cuerpo (la película) no podrá ser nunca más un espacio vacío. Porque hay algo ahí que nos atañe, simple, misteriosamente.
Cuándo me preguntan qué hay de común en El árbol, La orilla que se abisma y La madre, lo primero que respondo es: el trabajo con la luz natural.
Creo que la luz nos vincula emocionalmente con el mundo. Con Diego Poleri (fotógrafo de El árbol y La madre) y con Luis Cámara (fotógrafo de La orilla que se abisma) desarrollamos el arte de la espera, hicimos propia la intención de Juan L. Ortiz de “ver el color más allá del color”.
Alguna vez nos dijo el poeta Jorge Calvetti, hablando de su Maimará natal: “Es muy importante para mí, no sólo el paisaje, los árboles, la vieja casa. Es muy importante el aire, lo que no se ve, pero se siente. Es muy importante para un hombre sensible el regresar, el volver. El secreto está en mirar. Uno vuelve, muchos vuelven, y están contentos con el paisaje que se ve. Yo estoy contento con el paisaje que no se ve, con la conmoción que significa pensar en los días vividos, resplandecientes como joyas”.
Estamos convencidos de que la potencia no está en lo que la luz visibiliza, en lo espectacular, sino en lo hondamente íntimo, en la relación dinámica de lo visible y lo invisible, en la construcción, en fin, de una poética de la sugerencia.
Gustavo Fontan.
LA ORILLA QUE SE ABISMA está planteada como un viaje, un recorrido por un río. Como los ríos, como todo viaje, la película tiene meandros, pequeños cauces, desvíos y momentos de descanso. El film es un “diálogo” con la poética del escritor entrerriano Juan L. Ortiz, y parte de algunos interrogantes: ¿Será posible mirar y mirar, y mirar, y llegar hasta el sentido del río más allá del río? ¿Será posible mirar el paisaje hasta descubrir las dimensiones de lo que lo trasciende, es decir, lo abisma?
"...La orilla que se abisma prescinde por completo de la narración tradicional y, en su minucioso y por momentos fascinante trabajo sobre el sonido, la imagen y el encuadre (desde una tormenta hasta los reflejos en el agua, pasando por las sombras o tomas casi surrealistas elaboradas apelando incluso al fuera de foco), construye un universo que sintoniza con la obra de Juanele, a quien en la segunda mitad apenas se lo ve en unos pocos fragmentos tomados de un documental de 1976 y se lo escucha recitando uno de sus poemas..."
Gustavo Fontán nació en Banfield, Provincia de Buenos Aires, en 1960. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y Realización Cinematográfica en el CERC (hoy ENERC). En 1990 publicó Los días vacíos (cuentos) y en 1993 La voz del sospechoso (cuentos) Varios de sus trabajos cinematográficos están vinculados a escritores: Marechal o la batalla de los ángeles, Canto del cisne (Jacobo Fijman), El paisaje invisible (Jorge Calvetti), La orilla que se abisma (Juan L. Ortiz) En 2003 se estrenó su largometraje Donde cae el sol y en 2007 el largometraje El árbol, que ha sido invitado a más de veinte festivales en distintos lugares del mundo.
Invasión es la leyenda de una ciudad, imaginaria o real, sitiada por fuertes enemigos y defendida por unos pocos hombres, que acaso no son héroes. Luchan hasta el fin, sin sospechar que su batalla es infinita.
"Se trata de un film fantástico y de un tipo de fantasía que puede calificarse de nueva. No se trata de una ficción científica a la manera de Wells o Bradbury. Tampoco hay elementos sobrenaturales. Los invasores no llegan de otro mundo: y tampoco es psicológicamente fantástico: los personajes no actúan - como suele ocurrir en las obras de Henry James o Kafka- de un modo contrario a la conducta general de los hombres. Se trata de una situación fantástica: la situación de una ciudad que esta sitiada por enemigos poderosos y defendida - no se sabe por qué- por un grupo de civiles (...). De modo que - lo repito- hemos intentado (no sé con qué fortuna) un nuevo tipo de film fantástico: un film basado en una situación que no se da en la realidad, y que debe, sin embargo, ser aceptada por la imaginación de espectador."
Jorge Luis Borges.
Hugo Santiago rodó "Invasión" luego de haber sido durante siete años asistente de uno de los grandes del cine como Robert Bresson y de haber filmado dos elogiados cortos: "Los contrabandistas" y "Los taitas".
Durante la larga gestación de "Invasión", Santiago contó con un argumento original escrito a cuatro manos, entre Bioy Casares y Borges, mientras que éste participó luego de manera activa con el director en el armado del guión.
"Invasión vuelve sobre algunos motivos que ya estaban en Los orilleros y en El paraíso de los creyentes, dos guiones anteriores de Borges y Bioy Casares: la estilización, el trabajo sobre los géneros, los personajes arquetípicos, la obsesión de una trama perfecta", dice Oubiña en el libro Invasión: Borges/Bioy Casares/Santiago, en el que repasa también algunas influencias literarias y cinematográficas, como el film noir norteamericano de Josef von Sternberg, Fritz Lang y Raoul Walsh.
También se pueden advertir en este film retrofuturista con fotografía en blanco y negro a cargo del gran Ricardo Aronovich el influjo de la nouvelle vague francesa, de Macedonio Fernández y, claro, de "El Eternauta", de Héctor Germán Oesterheld. (La película también está ambientada en 1957.)
"Aquilea es Buenos Aires pero es Aquilea y es la Argentina pero es Aquilea."
Hugo Santiago.
Hugo Santiago: Radicado en Francia en 1959, fue asistente de dirección de Robert Bresson. Luego regresó a Buenos Aires para dirigir la mítica Invasión (1969), una auténtica película de culto para los cinéfilos argentinos. Escrita junto a Jorge Borges y Adolfo Bioy Casares, tiene como escenario a Aquilea, una ciudad sitiada, que remite de forma indudable a Buenos Aires. Con Olga Zubarry y Lautaro Murúa como protagonistas, cruza de forma vanguardista el policial negro con el género fantástico en un escenario futurista pero cercano. Después volvió a radicarse en Francia, donde rodó películas como Los otros (1974), también con guión compartido con Borges y Bioy Casares; y Écoute voir... (1979), con Catherine Deneuve. Con Las veredas de Saturno (1986), volvió al escenario de Aquilea, en una alegoría sobre la última dictadura que sufrió la Argentina. El guión fue escrito junto al escritor Juan José Saer. Luego filmó La gesta gibelina (1988) y El lobo de la costa oeste (2002).
Ricardo Aronovich: director de fotografía argentino. Realizó su mayor producción en Europa, haciendo la dirección de fotografía de gran parte de la filmografía de Alain Resnais, Miguel Littín, Costa Gravas, Hugo Santiago, Louis Malle, Ettore Scola y Costa Gavras. En Brasil trabajó junto a directores como Ruy Guerra y León Hirszman y contribuyó a crear la fotografía del cinema novo. Ademas, se desempeñó como director de la cátedra de fotografía en la Escuela Internacional de Cine y TV de Cuba, y escribió en 1997 el libro "Exponer una historia". Aronovich reconoce que aparte de Nevsky y otros clásicos rusos fue influido por los expresionistas alemanes, el neorrealismo italiano y el cine inglés y un poco por la nouvelle vague francesa pero, aclara, no por el cine americano.
En 1965, Astor Piazzolla y Jorge Luis Borges se unieron para crear juntos “El tango”, un disco en el que participaron el Quinteto de Piazzolla, Edmundo Rivero y Luis Medina Castro. El disco incluyó varias milongas y tangos compuestos sobre poemas recientes del escritor argentino, en su mayoría publicados en su libro de poemas Para las seis cuerdas. Se agregaron a la lista otros tres: “El Tango”, “Oda íntima a Buenos Aires” y “Alguien le dice al tango”, este último incluido en la primera edición de Para las seis cuerdas pero excluido en la segunda. Casi todos los poemas elegidos remiten a la imagen tan recurrente en Borges del cuchillero. Se incluyó también una suite que Piazzolla había compuesto en 1960 inspirándose en su “Hombre de la esquina rosada” y que nunca había sido grabada. En general las letras se ciñen al texto de los poemas publicados por Borges. En otras ocasiones, hay diferencias, todas ellas consentidas o decididas por Borges, puesto que el escritor estuvo presente durante las grabaciones y se dice que solía llamar al maestro Piazzolla en medio de la noche para comentarle cambios que se le habían ocurrido para algún verso.
El escritor asistió a las grabaciones en los estudios de EMI Odeón. Según rescata Oscar López Ruiz, integrante del Quinteto, en el libro "Piazzolla loco, loco, loco", Astor se acercó en plena grabación a Borges para preguntarle por la interpretación de Edmundo Rivero. Con su humor irónico y punzante, el escritor respondió: "Sí,claro. Pero a mi me gustaba más como cantaba la chica", en referencia a la esposa de Piazzolla, que ni siquiera era intérprete. "Fue tal la explosión de carcajadas que los cristales de la sala de control casi se parten", comentó López Ruiz.
Según Burroughs, el ser humano está alienado por el lenguaje. Considera que el lenguaje (y las normas gramaticales y sintácticas que le caracterizan) es un organismo parásito, un virus, que ha elegido nuestras mentes como hábitat. El problema se complica porque los seres humanos infectados no saben que lo están.La auténtica revolución no es de índole social, sino mental. Deshacerse del virus lenguaje es el primer paso. La guerra contra este virus establece una continuidad en gran parte de su obra, donde los protagonistas (humanos, extraterrestres, seres inorgánicos, demonios) están claramente de un bando o de otro y se enfrentan violentamente, sin reglas de ningún tipo.
En 1959, el artista plástico Brion Gysin le comentó a Burroughs que "la literatura estaba cincuenta años atrasada con respecto a la pintura". Le sugirió, siguiendo el ejemplo de movimientos de vanguardia como los dadaístas y los surrealistas, que usara técnicas de collage en su escritura. Burroughs y Gysin experimentaron con montajes de texto e imágenes, por ejemplo, superponiendo discursos presidenciales y fragmentos de Rimbaud o Shakespeare. Burroughs había utilizado sin saberlo la técnica del cut-up en "El almuerzo desnudo", pero el comentario de Gysin lo liberó de sus prejuicios y lo invitó a continuar experimentando.
Dijo el crítico Robin Lydenberg: "en lugar de licuefacción condensada en una sola imagen, Burroughs crea una aleatoria, infinita variedad de implosiones y explosiones, el ritmo pulsante mismo de la vida". Esto es, una manera de expresar múltiples visiones por medio de la mezcla de hechos disparatados, ciencia ficción e imaginería para hallar puntos de convergencia que antes estaban escondidos. Un ejemplo en la red de su prosa, de los menos abiertamente "experimentales"
En la obra de William Burroughs el sujeto se encuentra manipulado y transformado por los procesos de contagio. El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional, sus diferentes elementos ignoran la progresión de la narración y aparecen a la deriva desestructurando las novelas de su marco temporal, de su coexistencia espacial, de su significado, y posibilitando que sea el lector quien acabe por estructurarlas según sus propios deseos.
El virus informático, es el más curioso y paradójico síntoma de que la tecnología, al desbordar sus finalidades, provoca imprevisibles ironías. Ellos, remotos, numerosos, multidireccionables, anónimos, apostados esperando el sabotaje patológico: a fuerza de autorreproducción ciega, amenazan con llevar el sistema al estado de entropía máxima, muerte térmica de la programación, donde sólo habita el virus. Es posible que en algunos años las técnicas de escritura viral, ya hoy en un embrionario proceso invasivo, pasen a constituirse en los únicos medios de expresión, en el ultimo balbuceo de un lenguaje infiltrado y parasitado, en el cierre definitivo del universo del discurso.
Su principal síntoma fue el lenguaje. En este teorema de Burroughs el síntoma y el agente infeccioso son indistinguibles. El lenguaje humano es una espora semiótica de virus desmolecularizados, con los que la CIA, la KGB y otras instituciones espectrales infectan y reinfectan a la población incauta. La adición a las drogas, las perversiones y los motines urbanos actúan como señales sintomáticas y como dispositivos de contagio. El oficiante underground de la droga, del sexo y de la violencia cumple su tarea revolucionaria al acelerar indefinidamente la propagación viral masiva con todo tipo de trucos electrónicos y massmediáticos. El objetivo es la revolución apocalíptica permanente. No es difícil deducir que existe una relación simbiótica entre el recurso del apocalipsis y la consistencia espectral de las instituciones del poder
WILLIAM BURROUGHS Nació en St. Louis, en los Estados Unidos, en 1914. Graduado en Harvard, ejerció innumerables oficios en Europa y América a lo largo de sus viajes. Su experiencia vital, legendaria y activa, y que transcurre entre México, París, Londres y Tánger, le proporcionó material de primera mano para sus novelas. Los ejes fundamentales de su obra son la sociedad de la posguerra en los países totalitarios del Este, la marginación de la homosexualidad y su propia experiencia con las drogas duras. Su obra combina la fuerza visionaria con la sátira libertaria; en lo formal, se caracteriza por el uso de técnicas innovadoras como el montaje, el collage, la escritura automática y el libre fluir de la conciencia. Y además, esta especie de profeta bíblico en ácido tuvo el mérito de ser muy bien leído por gente como Bob Dylan, John Lennon, Frank Zappa, Lou Reed, Tom Waits, William Gibson, Bruce Sterling y muchos otros.
Cuando Hugh Guiler, el esposo banquero de Anaïs Nin, comenzó su carrera artística como grabador, se cambio en nombre por el de Ian Hugo… En la mente de Guiler, había un sentimiento de intolerancia entre los mundos financieros y artísticos, y él no quiso que ambos se entrelazaran.Los grabados de Guiler encontraron su camino en las ediciones impresas a mano de Nin durante los años cuarentas, siendo quizás la mas notable la edición de Gemor de “Under a Glass Bell” (la foto promocional que puede ser vista en la cubierta de “A Café in Space”, Vol. 2). En los cincuentas, Guiler comenzó a experimentar con el cine convirtiéndose en un verdaderamente respetado realizador del avant-garde, usando súper imposiciones y otros efectos para reflejar su visión en la pantalla. Guiler había sido iniciado en la experiencia cinematográfica por Alexander Hammid, quien en una oportunidad le sugirió: "Usa la cámara tu mismo, crea tus propios misterios, crea tu propio estilo”.
“Bells ot Atlantis”es, tal vez, el cortometraje mas conocido de Ian Hugo. Está inspirado en la novela “La casa del incesto” escrita por la propia Anaïs Nin, quien actúa como la mítica Reina de Atlantis, apareciendo a la deriva en el mundo submarino antes de subir a la tierra seca. El film de 9 minutos, rodado en 16 mm, fue concluido en 1952, y cuenta con la participación de Len Lye y, además,uno de los primeros scores de música electrónica realizados por Louis y Bebe Barron.
En una conferencia dada en mayo de 1977, Ian Hugo dijo después de la proyección de Bells of Atlantis (basada en imágenes acuáticas presentadas en el primer trabajo de ficción (?) de Nin, The House of Incest, en el cual Nin aparece y narra): “Gracias por su tan amable respuesta, de la cual estoy seguro es también un tributo a Anaïs Nin. Realmente pienso que esta película es un acercamiento—a su estilo como poeta de primer orden, y a su presencia y extraordinaria sensibilidad, de caluroso ser humano. Seguramente puedo declarar personalmente a esto durante los casi 54 años que estuvimos casados, al momento de su muerte en enero de este año.” (Debe señalarse que la audiencia expreso un generalizado estupor, ya que ellos conocían a Ian Hugo solo como un colaborador artístico de Nin, y no como su marido) “Y agregaré que su belleza física pareció brillar desde alguna luz interior que, ahora puedo ver más claramente, permitiéndole a ella explorar, día a día, ‘el continente perdido dentro de nosotros’ (una frase de la poeta Marianne Moore en referencia a Bells of Atlantis). Y esto es solamente ahora aquello que completamente realicé debido a su mera presencia y su estimulo todos esos años, tratando de explorar mi propio ‘continente perdido’, al cual trate de llegar realizando este film.” El texto completo seria publicado al año siguiente en “A Café in Space”.
Partch nació en Oakland (California), en 1901. Pasó su infancia en poblaciones pequeñas y remotas de Arizona y Nuevo México y creció escuchando canciones en chino mandarín, español y en las lenguas indias de esas regiones. Aprendió a tocar el clarinete, el armonio, la viola, el piano y la guitarra. Comenzó a componer a edad muy temprana utilizando la escala cromática habitual en la música occidental, aunque posteriormente quemó todas sus obras de esta época al sentirse muy insatisfecho con los sonidos que obtenía con ella, que no se adecuaban a sus necesidades expresivas ni a sus ideas musicales. Partch llegó a la conclusión de que necesitaba nuevos instrumentos (que inventó y construyó él mismo) e intérpretes adecuados para ellos. Su primer instrumento fue el monófono (más tarde conocido como «viola adaptada»). Viajó a Europa con una beca para estudiar música y conocer al poeta William Yeats, al que pidió permiso para escribir una ópera basada en su traducción al inglés del Edipo Rey de Sófocles. Partch tocaba el monófono mientras Yeats recitaba By the Rivers of Babylon («Por los ríos de Babilonia»); después, transcribió con exactitud las inflexiones de los actores del Abbey Theatre mientras recitaban Edipo. Yeats le dio su permiso para la adaptación entusiasmado: Una obra escrita de esta manera, con este instrumento maravilloso y con esta clase de música, será realmente sensacional. Partch comenzó a construir instrumentos para su ópera, pero se agotó el dinero de su beca y debió regresar a Estados Unidos en plena crisis de la Gran Depresión económica. Su situación fue tan precaria que llegó a vivir como un vagabundo en los trenes (forma de vida que en inglés se conoce como freighthopping). También trabajó en cualquier empleo que le ofrecieran. Vivió de esta manera durante diez años, escribiendo sus experiencias en un diario íntimo que tituló Bitter Music («Música amarga»). Frecuentemente llevaba al pentagrama las alturas e inflexiones particulares del habla de las personas que iba encontrándose. Esta técnica compositiva (que ya había sido utilizada siglos antes por la Camerata Florentina y por autores como Berlioz, Mussorgsky, Debussy, Schoenberg o Leoš Janáček y que posteriormente a Partch empleará también Steve Reich) se convertirá en la forma más habitual de composición de Harry Partch de las partes vocales de sus obras.
En 1941, compuso Barstow, una obra que tomaba como texto distintos grafittis que había visto pintados en los guardrail de una autopista en Barstow (California). De esta obra, originalmente concebida para voz y guitarra, Partch hizo distintas versiones a lo largo de su vida, según crecía su colección de instrumentos.En 1943, tras recibir una beca de la Guggenheim Foundation, pudo dedicar más tiempo a la composición y recuperó su proyecto de ópera sobre Edipo. Sin embargo, los herederos de Yeats le negaron el permiso para utilizar la traducción del poeta (fallecido en 1939) y tuvo que traducirlo él mismo (actualmente se puede interpretar la música de Partch con el texto de Yeats, cuyos derechos han prescrito y ha pasado a ser de dominio público).Pasó una temporada en Ithaca (Nueva York), donde comenzó su obra US Highball, una evocación musical de sus tiempos de vida en los ferrocarriles durante el tiempo de la Gran Depresión." st="on">la Gran Depresión.Desde 1923, había estado trabajando en un libro que finalmente se publicó en 1949 con el título de Genesis of a Music («Génesis de una música»). Es una reflexión sobre su propia música, con artículos sobre teoría musical y diseño de instrumentos. Se considera este libro como un texto fundamental sobre la teoría musical de microtonalismo. En él expone su concepto de corporeality («corporeidad»): la fusión de todas las formas artísticas en un único cuerpo.Mas cerca en el tiempo escribió la «danza satírica» The Bewitched, y Revelation in the Courthouse Park («Revelación en el jardín de la Audiencia»), obra basada en gran parte en Las Bacantes de Eurípides.
Delusion of the Fury («La ilusión de la Furia») (1969) está considerada su obra más importante.Asimismo creó su propia discográfica, Gate 5, con la que distribuyó la grabación de sus obras. Al final de su vida, Columbia Records realizó la grabación de alguna de sus composiciones (entre otras, de Delusion of the Fury), lo que sirvió para aumentar la atención hacia su obra. Sin ser un compositor que haya alcanzado gran popularidad, su nombre es muy conocido entre los músicos contemporáneos (especialmente entre los interesados en el microtonalismo), es famoso por su escala de cuarenta y tres tonos (aunque él utilizó en sus obras otras muchas escalas) y está considerado como uno de los autores más significativos del siglo XX.
"Yo no soy un constructor de instrumentos" Partch dijo una vez, "solo un hombre filosófico seducido por la carpintería". Resulta irónico que muchas de sus maravillosas creaciones, (cerca de 30 instrumentos que incluyen el Zymo-Xyl construida de tapacubos, o tazas de la rueda de un automóvil, el Kettletop, bloques de roble y viejas botellas; la Mazda Marimba, que eran bombillas de luz afinadas a las que les fue quitada la base y luego "destripadas"; Gourd Tree y Cone Gong, hecho de campanas de templo y eucaliptos), y que están expuestos en el museo de arte de San Francisco y en el de arte moderno de New York, le han servido como un impedimento para su popularidad. Estas son en su gran mayoría, instrumentos únicos en su clase, obras de arte, realmente capaces de increíbles sonidos. Pero la real singularidad de estos instrumentos era que solo podían ser ejecutados por el compositor y su ensamble de especialmente entrenados músicos.
"El trabajo que yo he estado haciendo durante todos estos años, se emparienta en actitud y en las acciones al hombre primitivo. Él encontró magia en los materiales comunes que lo rodeaban en su hábitat, luego procedió a construir el vehículo, el instrumento, tan visualmente hermoso como pudo, finalmente incluyó la magia del sonido y la belleza visual en su voz y experiencias cotidianas, su ritual y su drama, para darle un mayor significado a su vida. Esta es mi trinidad: sonidos-mágicos, belleza visual, experiencia-ritual".
Y si quieren ver y tocar los instrumntos vayan aquí
Mucho antes de Sodenbergh, antes incluso que Tarkovsky, en el año 1968, un director soviético llamado Boris Nirenburg rodó Solaris; una producción en blanco y negro para la televisión rusa en dos actos, de la cual no se supo absolutamente nada fuera de las fronteras del país durante más de treinta años debido a la implantación de aquella barrera política, social y cultural que fue conocida como Cortina de Hierro. Los actores parecen recitar el propio texto original de Lem en lugar de un guión adaptado, y parece ser que la fidelidad del film es bastante superior a las de las siguientes realizaciones. Sobra decir que la de Tarkovsky es la de mayor calidad cinematografica de todas, y eso esta fuera de toda discusion. Solaris_1968_T.V.Rip.V.O.Acto1 Solaris_1968_T.V.Rip.V.O.Acto2
Sergei Eisenstein, Vsevolod Pudovkin, Grigori Alexandrov
Manifiesto del contrapunto sonoro
El sueño largo tiempo acariciado del cine sonoro es una realidad. Los norteamericanos han inventado la técnica del film hablado y lo han llevado a su primer grado de utilización práctica. Alemania, asimismo, trabaja muy seriamente en idéntico sentido. En todas partes del mundo se habla de esta cosa muda que finalmente ha encontrado su voz. Nosotros, que trabajamos en la Unión Soviética, somos plenamente conscientes de que nuestros recursos técnicos carecen de la envergadura suficiente para permitirnos esperar un éxito práctico y rápido en este camino. Pero ello no impide que consideremos interesante enumerar un cierto número de consideraciones preliminares de naturaleza teórica, teniendo en cuenta, además, que si no estamos mal informados parece que este nuevo progreso tiende a orientarse por un mal camino. Porque una concepción falsa de las posibilidades de este descubrimiento técnico no sólo puede estorbar el desarrollo del cine-arte, sino que también puede aniquilar su auténtica riqueza de expresión actual. El cine contemporáneo, al actuar como lo hace por medio de imágenes visuales, produce una fuerte impresión en el espectador y ha sabido conquistar un lugar de primer orden entre las artes. Como sabemos, el medio fundamental -y por añadidura, único- mediante el cual el cine ha sido capaz de alcanzar tan alto grado de eficacia es el montaje. El perfeccionamiento del montaje, en tanto que medio esencial de producir un efecto, es el axioma indiscutible sobre el que se ha basado el desarrollo del cine. El éxito universal de los filmes soviéticos se debe en gran parte a un cierto número de principios del montaje, que fueron los primeros en descubrir y desarrollar.
1.- Así pues, los únicos factores importantes para el desarrollo futuro del cine son aquellos que se calculen con el fin de reforzar y desarrollar sus invenciones de montaje para producir un efecto sobre el espectador. Al examinar cada descubrimiento, situándose en esta perspectiva, es fácil demostrar el escaso interés que ofrece el cine en color y en relieve en comparación con la gran significación del sonido.
2.- El film sonoro es un arma de dos filos, y es muy probable que sea utilizado de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo, es decir, limitándose a satisfacer la curiosidad del público. En los primeros tiempos asistiremos a la explotación comercial de la mercancía más fácil de fabricar y de vender: el film hablado, en el cual la grabación de la palabra coincidirá de la manera más exacta y más realista con el movimiento de los labios en la pantalla, y donde el público apreciará la ilusión de oír realmente a un actor, una bocina de coche, un instrumento musical, etc. Este primer periodo sensacional no perjudicará el desarrollo del nuevo arte, pero llegará un segundo periodo que resultará terrible. Aparecerá con la decadencia de la primera realización de las posibilidades prácticas, en el momento en que se intente sustituirlas con dramas de "gran literatura" y otros intentos de invasión del teatro en la pantalla. Utilizado de esta manera, el sonido destruirá el arte del montaje, pues toda incorporación de sonido a estas fracciones de montaje las intensificará en igual medida y enriquecerá su significación intrínseca, y eso redundará inevitablemente en detrimento del montaje, que no produce su efecto fragmento a fragmento sino -por encima de todo- mediante la reunión completa de ellos.
3.- Sólo la utilización del sonido a modo de contrapunto respecto a un fragmento de montaje visual ofrece nuevas posibilidades de desarrollar y perfeccionar el montaje. Las primeras experiencias con el sonido deben ir dirigidas hacia su no coincidencia con las imágenes visuales. Sólo este método de ataque producirá la sensación buscada que, con el tiempo, llevará a la creación de un nuevo contrapunto orquestal de imágenes-visiones e imágenes-sonidos.
4.- El nuevo descubrimiento técnico no es un factor casual en la historia del film, sino una desembocadura natural para la vanguardia de la cultura cinematográfica, y gracias a la cual es posible escapar de gran número de callejones que realmente carecen de salida; el primero es el subtítulo, pese a los innumerables intentos realizados para incorporarlo al movimiento o a las imágenes del film; el segundo es el fárrago explicativo que sobrecarga la composición de las escenas y retrasa el ritmo. Día a día, los problemas relativos al tema y al argumento se van complicando. Los intentos realizados para resolverlos mediante unos subterfugios escénicos de tipo visual no tienen otro resultado que dejar los problemas sin resolver, o llevar al realizador a unos efectos escénicos excesivamente fantásticos. El sonido, tratado como elemento nuevo del montaje (y como elemento independiente de la imagen visual) introducirá inevitablemente un medio nuevo y extremadamente eficaz de expresar y resolver los complejos problemas con que nos hemos tropezado hasta ahora, y que nunca hemos llegado a resolver por la imposibilidad en que nos hallábamos de encontrar una solución con la ayuda únicamente de los elementos visuales.
5.- El «método del contrapunto» aplicado a la construcción del film sonoro y hablado, no solamente no alterará el carácter internacional del cine, sino que realzará su significado y su fuerza cultural hasta un punto desconocido por el momento. Al aplicar este método de construcción, el film no permanecerá confinado en los límites de un mercado nacional, como sucede en el caso de los dramas teatrales y como sucedería con los dramas teatrales filmados. Al contrario, existirá una posibilidad todavía mayor que en el pasado de hacer circular por el mundo unas ideas susceptibles de ser expresadas mediante el cine.